Aventuras Computacionales

El primer computador apareció en mi casa más por necesidad que por lujo. En el colegio comenzaron a exigir que los trabajos dejaran de ser a mano o en máquina de escribir. Mis papás no tuvieron más opción que llevarme a elegir mi nueva herramienta de trabajo.

Por supuesto la ocasión era perfecta. Iba a tener un computador y tenía que ser el mejor. Nos tardamos casi tres horas hasta que finalmente me decidí. Llegamos con él a la casa y en un abrir y cerrar de ojos estaba armado en el escritorio. Intenté prenderlo una y otra vez pero no pasaba nada. La pantalla venía quemada.

De Internet ni se sabía en aquellos años, aunque gracias al sin fin de enciclopedias y juegos que se podían instalar, no era necesario tener otras alternativas para buscar entretención. Es por esto que desde aquel día no me volví a separar de mi nuevo y cuadrado amigo

Así fue creciendo mi aprecio por la tecnología y mis adquisiciones tuvieron que aumentar. Compramos impresora, scanner, parlantes externos y hasta una cámara web, pero parecía que nada podía saciar mi apetito. Sólo quería conseguir nuevas cosas que complementaran a mi querido computador

De pronto llegó un nuevo personaje a mi vida. Fue prácticamente amor a primera vista. El notebook logró ocupar todo el espacio que alguna vez estaba destinado para aquel viejo monstruo de hojalata. El día que me lo compraron fue uno de los momentos más felices que recuerdo.

Pese a lo maravilloso que fue nuestro encuentro, todo nuevo amor trae consigo nuevos problemas y con el notebook no se hicieron esperar. Se le quemó el ventilador, varias teclas se quedaban pegadas y varios otros detallitos me tenían bastante molesta. Producto de lo anterior nuestra relación se fue deteriorando lentamente.

Estaba sentada frente a él muy molesta por su lentitud y un vaso lleno de jugo yacía inmóvil a su lado. Me di vuelta a buscar algo y cuando me reacomodé mi brazo golpeó de manera abrupta el vaso. Todo paso tan rápido que no alcancé a reaccionar. Cuando menos lo esperé nuestra relación había acabado de la peor forma. Estaba muerto.

Pueden pensar que fue un acto de venganza. Incluso yo algunas veces creo que fue culpa de mi inconciente. Sólo sé que parece que el amor no era tan grande como yo pensaba porque rápidamente lo reemplacé. Hoy tengo un nuevo notebook y hasta el momento las cosas van de maravilla. He aprendido de los errores del pasado y él también viene más moderno y renovado.